I -
RECONOCER EL MERITO EN LOS DEMÁS
Por la
parte que hayan tomado en el éxito de la Empresa y señalarlo de manera
espontánea, pronta y pública. Usurpar ese crédito, atribuirse a sí mismo
méritos que corresponden a quienes trabajan a las órdenes propias, sería un
acto innoble, segaría una fuente de afecto e incapacitaría para comportarse
como corresponde a un ejecutivo.
II -
CONTROLAR EL TEMPERAMENTO
Debe
tenerse capacidad para dirimir pacífica y razonablemente cualquier problema o
situación, por irritantes que sean las provocaciones que haya que tolerar.
Quien sea incapaz de dominar sus propios impulsos y expresiones, no puede
actuar como director de una empresa. El verdadero ejecutivo abdica el derecho a
la ira.
III -
NUNCA HACER BURLA
De nadie
ni de nada. Evitar las bromas hirientes o de doble sentido. Tener en cuenta que
la herida que asesta un sarcasmo, nunca cicatriza.
IV - SER
CORTÉS
No
protocolario, pero sí atento a que los demás encuentren gratos los momentos de
la propia compañía.
V - SER
TOLERANTE
De las
diversidades que puedan encontrarse en la raza, color, modales, educación o
idiosincrasia de los demás.
VI - SER
PUNTUAL
Quien no
puede guardar sus citas, muy pronto se constituirá en un estorbo.
VII - SI
UNO ES VANIDOSO, HAY QUE OCULTARLO
Como el
secreto más íntimo. Un ejecutivo no puede exhibir arrogancia ni
autocomplacencia. Cuántas veces los fracasos de hombres bien conocidos
confirman el adagio de “el orgullo antecede a la caída”. Cuando uno empiece a
decir que otros empleados son torpes, o que los clientes son mezquinos o
necios, habrá empezado a meterse en embrollos.
VIII - NO
ALTERAR LA VERDAD
Lo que
uno afirme, debe hacerlo reflexionando; y lo que prometa, debe cumplirlo. Las
verdades a medias pueden ocultar errores, pero por poco tiempo. La mentira
opera como un bumerang.
IX -
DEJAR QUE LOS DEMAS SE EXPLAYEN
Especialmente
los colaboradores, hasta que lleguen al verdadero fondo del problema, aunque
tenga que escuchárseles con paciencia durante una hora. Haría uno un pobre
papel como director, si dominara una conversación en vez de limitarse a
encauzarla.
X -
EXPRESARSE CONCISAMENTE
Con
claridad y completamente, sobre todo al dar instrucciones, Nunca estorba un
buen diccionario a mano.
XI -
DEPURAR EL VOCABULARIO
Eliminar
las interjecciones. Las voces vulgares y los giros familiares debilitan la
expresión y crean malentendidos. Para demoler verbalmente a sus enemigos, los
grandes parlamentarios nunca emplearon una sola expresión vulgar.
XII -
ASEGURARSE DE DISFRUTAR EL TRABAJO
Es muy
legítimo tener pasatiempos predilectos e intereses en otras cosas, pero si se
estima como un sacrificio venir al trabajo, entonces lo que se necesita es un
descanso y otra compañía en donde laborar.
XIII -
RECONOCER EL ENORME VALOR DEL TRABAJADOR MANUAL
Cuya
productividad hace posible la posición directiva y afirma el futuro de ambos.
XIV -
PENSAR EN EL INTERES DEL NEGOCIO MAS QUE EN EL PROPIO
Es buena
táctica. La fidelidad a la empresa promueve el propio beneficio.
XV -
ANALISIS POR ENCIMA DE LA INSPIRACION O DE LA INTUICION
Este debe
ser el antecedente para actuar.
XVI - LA
DEDICACION AL TRABAJO
Beneficia
al individuo, a la empresa y a la sociedad entera. En esto se asemeja a un
sacerdocio.
XVII -
SER MODESTO
Si no se comprende que nada tienen que ver con
el valor de la persona -el tamaño del automóvil o de la casa, o el número de
amigos y de los clubes a que se pertenece, o los lujos y el rótulo de la puerta
del despacho- y si estas cosas significan para uno más que la tarea bien y
calladamente cumplida y los conocimientos y el refinamiento espiritual para
adquirirlos, entonces se precisa un cambio de actitud o de trabajo.
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